¿Qué es la Baja Visión?
Se considera que una persona tiene baja visión cuando tiene una limitación visual que le dificulta o impide la realización de una o varias tareas de la vida cotidiana.
La Baja Visión, en sí, no es una enfermedad (patología), sino que es la denominación genérica empleada para referirse a la limitación visual señalada. Esta limitación puede tener muchos orígenes distintos, aunque principalmente está causada por distintas patologías, habitualmente asociadas a la edad, como pueden ser las Cataratas, Degeneración Macular, Retinopatía Diabética, Retinosis Pigmentaria, Aniridia, Glaucoma, etc.
Una de las notas distintivas de la Baja Visión es que se trata de un estado crónico. Hay ocasiones en las que una intervención quirúrgica sería posible, sin embargo, otra serie de parámetros médicos desaconsejan la operación, por lo que, aun sin ser crónico, el problema subsiste en el tiempo.
Hablar de Baja Visión no es hablar de ceguera; si una persona es capaz de distinguir formas tiene posiblidades de rehabilitar su visión para poder desenvolverse mejor en su vida cotidiana
¿Quién puede padecerla?
Todos podemos padecer Baja Visión, y de hecho, con el avanzar de la edad, tarde o temprano, en mayor o menor medida, todos la padeceremos. La Baja Visión afecta con particular incidencia a las personas de edad avanzada, ya que muchas de las patologías que la causan avienen en nuestra etapa de madurez.
En cualquier caso, la Baja Visión también afecta a personas de todas las edades y grupos sociales, ya que puede tener su origen en malformaciones congénitas o accidentes. Es importante repetir que, por sí misma, no es una enfermedad, sino una denominación genérica, por lo que no podemos “vacunarnos” ante la posiblidad de padecerla o no, sino que es el resultado de haber sufrido alguno de los motivos que la causan.
Es muy importante prestar atención a aquellos miembros de nuestro grupo familiar en situación de riesgo, ya que en muchos casos quien la padece, simplemente se deja llevar por la inacción, y es responsabilidad de nosotros, sus familiares y amigos, el procurarle los medios para disfrutar de una vida activa y cómoda.
¿Tiene cura?
Como ha quedado dicho, la Baja Visión no es una enfermedad, por lo que no tiene cura. Sin embargo esto no quiere decir que haya que hundirse en la resignación, sino al contrario, hay que actuar lo antes posible.
¿Cómo sé si la padezco?
En realidad no hay un baremo concreto para determinar si usted padece o no Baja Visión, ya que cada caso difiere del resto. Como norma general, se puede decir que usted padece Baja Visión si su vista no le permite realizar con comodidad las tareas cotidianas como pasear por la calle, leer un libro, ver la televisión, cocinar, planchar, etc. Atendemos a personas con una agudeza visual inferior a 0,5.
Hay que añadir que en la mayoría de los casos de personas con Baja Visión, después de haber sido atendidas con todas las posibilidades Oftalmológicas, su Oftalmólogo le comunica que ya no hay ninguna solución ni médica ni quirúrgica para mejorar su visión. Estas personas, que no son ciegas, se resignan a no volver a utilizar sus ojos, y se resignan a realizar una vida sedentaria e inactiva, lo cual conlleva un deterioro físico y un envejecimiento prematuro. Cada vez más los Oftalmólogos recomiendan la rehabilitación de la Baja Visión.
El papel de la familia
La familia juega un papel importante, y no puede desentenderse de la situación de su familiar afectado por Baja Visión. Es comprensible que una persona con problemas visuales no conozca todas las posibilidades que puede conseguir, al no tener información, dificultades para lectura, para usar internet, etc.
Los familiares deben apoyar a la persona con Baja Visión, y trasmitir que tiene posibilidades para sacar un mayor partido a su visión, para no dejar de hacer la mayoría de las actividades visuales que ha venido haciendo hasta ahora. La esperanza de vida es cada vez mayor, y se debe disfrutar con la mejor calidad de vida posible.
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